Santoña recibe la visita de un tiburón azul
Desde Revarca creen que la aparición del animal tan cerca de la costa puede ser señal de que se esté muriendo pero, por el momento, se le va a vigilar y hacer un seguimiento
Los santoñeses que han aprovechado el buen tiempo de este miércoles para acercarse durante la mañana al paseo marítimo de Santoña se han topado con una estampa insólita: un tiburón azul nadando en una de las rampas de acceso al arenal, junto a la escollera del Pasaje. La escena ha llamado la atención de muchos curiosos que han tirado de móvil para grabar al animal a apenas unos metros de distancia.
Desde la Red de Varamientos de Cantabria (Revarca) han explicado a este periódico que estos tiburones pelágicos, también llamados tintoreras, se mueven en aguas profundas -es habitual verlos en el Cantábrico- y rara vez se dejan ver tan cerca de la costa. De hacerlo, es por las noches y para cazar algún pez, aunque es muy extraño. Es por ello, que el avistamiento de este ejemplar adulto, según ha explicado el responsable de comunicación de Revarca, Diego de Vallejo, «no es buena señal y puede que se esté muriendo por enfermedad o por edad».
Por lo que ha observado, se trata de un tiburón azul de entre un metro y medio y dos de longitud. «Es muy grande». Por el momento, no está prevista ninguna intervención. Agentes del Medio Natural del Gobierno de Cantabria le vigilarán visualmente para «saber lo que le está pasando y hacia dónde va». Si finalmente, el tiburón acaba varando entonces sí que actuarán para «hacerle una necropsia en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Gobierno de Cantabria y así determinar qué le ha ocurrido y entender un poco mejor a este especie". Si sobrevive y vuelve al océano, «le seguiremos hasta que podamos para que no le hagan nada y esté a salvo».
Vallejo ha explicado que un de las características de estos ejemplares es que «tiene muchísimos dientes de tamaño muy pequeño - apenas seis milímetros de largo- y los van renovando constantemente. Son como una pequeña sierra. Impresiona verles la boca, aunque no tienen esos colmillos grandes de los tiburones que aparecen en las películas».
Los describe como unos ejemplares «muy dinámicos», que alcanzan velocidades «altísimas» y apenas se están quietos. Son llamativos de ver en el mar y, de hecho, existen «empresas especializadas de avistamiento que llevan a buceadores a nadar con ellos en nuestras aguas».
Su presencia tan cerca del litoral de Santoña es una «oportunidad única», pero, a la vez, se pide a los ciudadanos que mantengan cierta distancia con el animal y, sobre todo, que no le molesten. «Si le ha llegado el momento, que muera tranquilo y, si no, - (porque puede darse el caso que se haya comido un pez envenado y se haya intoxicado y esté un tiempo un poco raro)- lo mejor es que no se acostumbre a estar cerca de las personas».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.