Trump advierte a Jamenei que sabe dónde se esconde pero no es «momento de asesinarle»

A 1.500 kilómetros de distancia, en Teherán, también persiste una sensación de grave incertidumbre. El Estado hebreo estrecha el círculo sobre Alí Jamenei y, apenas cuatro días después de su nombramiento, sus cazas asesinaron al general Alí Shadmani, jefe del Estado Mayor tras la muerte de su predecesor el pasado viernes en medio de otra ofensiva. Esta es una guerra a distancia, unos y otros se atacan a muy larga distancia, pero solo muestran las consecuencias de las acciones que les interesa enseñar. Las restricciones públicas son numerosas.

Con la cúpula militar descabezada y las defensas aéreas anuladas, los israelíes golpearon un día más, este martes, en Teherán y otros puntos de la república islámica, aunque mantienen pendiente el ataque definitivo contra la planta nuclear de Fordow. Los iraníes respondieron con el lanzamiento de misiles, pero cambiaron de estrategia y, en lugar de disparar un centenar de modo simultáneo, los espaciaron a lo largo del día. Causó menos víctimas y daños, pero provocó más impacto sobre la vida cotidiana. Las alarmas sonaron en al menos seis ocasiones.

El Líder Supremo pensaba poner en manos de Shadmani el cuartel general central de Khatam Al Anbiya, el brazo económico más importante de la Guardia Revolucionaria Islámica, pero tendrá que nombrar a un sucesor. La operación lanzada por Benjamín Netanyahu contra la república islámica va mucho más allá del programa nuclear y en los primeros cinco días ha asesinado a once generales de la cúpula militar, lo que demuestra el alto nivel de infiltración de los servicios de Inteligencia. Sobre el que será nuevo jefe del Estado Mayor iraní, «recomiendo que quien reciba la oferta lo piense bien. Si acepta, se recomienda extremar la precaución», declaró Gideon Saar, responsable de Exteriores israelí.

Esta situación recuerda a la vivida en verano en Líbano con Hezbolá cuando el primer ministro de Israel dijo que «eliminamos a miles de terroristas, incluido el propio Nasrala, y el reemplazo de Nasrala, y el reemplazo de su reemplazo». Una estrategia que mina al máximo la moral del enemigo. Las autoridades iraníes prohibieron a todos los funcionarios que usen móviles o se conecten a internet para evitar ser rastreados y localizados.

Los israelíes sí viven pegados al teléfono móvil, donde reciben las alertas cuando llegan drones o misiles. Los responsables actualizaron el sistema de aviso previo a la sirena e indicaron que a partir de ahora se emitirá una señal diez minutos antes de que un misil persa active la alarma. Anteriormente se emitía entre 15 y 30 minutos antes. Los iraníes han lanzado unos 400 proyectiles y cientos de drones, según el recuento del ejército, y alegaron ante Naciones Unidas que se trata de un ejercicio de «autodefensa» tras el ataque sorpresa ordenado por Netanyahu.

Los responsables de Exteriores de Teherán tienen desde el primer momento una intensa actividad diplomática. El ministro, Abas Araghchi, insistió un día más en que mantienen abierta la posibilidad de retomar el diálogo atómico, aunque nadie escucha al otro lado. Araghchi dijo que «si el presidente Trump es sincero en cuanto a la diplomacia y está interesado en detener esta guerra, los próximos pasos son cruciales». El magnate, que abandonó antes de tiempo la cumbre del G7, dice cada día cosas diferentes sobre la situación y declaró que «no estoy de humor para negociar» con Irán.

El presidente estadounidense ya no busca un alto el fuego, sino una «rendición total» por parte de Irán, y que Teherán abandone «por completo» su enriquecimiento de uranio. En una declaración en nada contenida, Trump llegó a señalar que «sabemos dónde se esconde» Alí Jameneí, pero «no lo vamos a matar, de momento», Pocas veces, quizá la última fuera con la guerra de Irak en 2003, un inquilino de la Casa Blanca se ha dirigido con semejante amenaza a otro gobernante. Sin embargo, resulta significativo que se pronuncie de ese modo justo unas horas después de que Netanyahu considerase que acabar con la vida del Líder Supremo reinstauraría la paz.

No están claros los daños sufridos por el programa nuclear iraní. El director del organismo de control atómico de la ONU dijo que no hubo afecciones adicionales desde el viernes en la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, pero que un corte de energía en el sitio «puede haber dañado las centrifugadoras» de la instalación, un total de 15.000, que hubieran tenido graves destrozos al girar sin control. El gran objetivo es la base de Fordow y el ejército adelantó que tiene el plan listo para atacar este recinto nuclear subterráneo. Israel trata de convencer a Estados Unidos para que entre directamente en la guerra y lance contra esta infraestructura una megabomba antibúnkeres de 30.000 libras (unas 14 toneladas).

Con la incógnita de esa participación de Estados Unidos en la contienda -ya sea de modo oficial o no-, Araghchi advirtió del riesgo de que el conflicto se extienda a la región y dejó claro que «la nación iraní se defenderá por todos los medios contra este brutal ataque». El portal Nour News, vinculado al Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní, afirmó que el Golfo estaría al borde de la explosión si Washington se involucra en el enfrentamiento. Este martes, el Pentágono envió un nuevo portaaviones a la zona y al menos 24 aviones-cisterna militares a Europa.