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El 10 de julio abrirá sus puertas en Santander Strago, ese local de hostelería que va tomando forma desde hace unos meses en la Plaza ... de Pombo. Abrirá desde mediodía. Para el vermut, para picar algo a la hora de comer y de cenar o para esa primera copa de la noche. Pero «el punto fuerte» para el que está pensado este negocio, el «concepto» que ha inspirado la inversión y que ha transformado los bajos del Club de Regatas, «es el tardeo». Lo dice uno de sus responsables, Ángel Suárez, que además es el encargado del ocio nocturno en la Asociación de Hostelería. Las copas de la tarde. Las de después de una comida o la de ese rato de reunión justo al salir del trabajo. Un mercado al que el empresario mira también con otras dos propuestas que están a punto de arrancar. Arenita Playa, un chiringuito en Laredo, y «unas terrazas en el entorno de Santander que estarán muy enfocadas a esas horas», explica. Suárez, propietario de distintos bares de copas que llegan «a hacerse competencia» de noche lo tiene claro. Para negocios que suelen vivir de unas pocas horas fuertes a la semana –tres o cuatro cada viernes y sábado–, «la opción para maximizar los negocios, para crecer, es ganar horas por delante». O sea, el tardeo.
Eso lo saben bien en locales ya consolidados en la capital, como el Grog o el Little Bobby. Allí el tardeo ha seguido una evolución. Llevan años sumando a la noche las horas de tarde. «Empezamos con esa idea del 'afterwork' (después del trabajo) o la copa tranquila después de una comida», cuenta Sergio Gómez. Más animado –o movido– en el Grog (Lope de Vega) y con un toque más «sentado» en el Little Bobby (calle del Sol). Pero dieron un paso más. Añadieron un DJ, personal de seguridad, iluminación... «Ya planteamos la tarde como la noche. Y puedes ir a las seis y tener la sensación de que son las dos de la mañana. Incluso hay momentos que pueden ser más fuertes de trabajo de cinco a siete que de tres y media a cuatro y media de la mañana, cuando esto antes era imposible». No es que la facturación supere a la de las noches, «pero hay tardes de sábado –de cuatro a once– que sí que pueden suponer el 50% de todo el día». Gómez habla de un público –al que ellos se dirigen en esta franja– «de 30 o 35 en adelante que prefiere ir a comer o a tomar unas rabas y luego se queda por la tarde, a ir a cenar y salir por la noche, aunque a veces se les pueda alargar». Y, con el verano ya a la vuelta de la esquina, sí que matiza que «el buen tiempo penaliza en este sentido». «Pregúntale al que venda rabas qué hace un sábado de julio a mediodía con cuarenta grados y la playa llena...». Así, para su tardeo «es casi más fuerte el invierno, aunque las noches veraniegas entre semana sean como sábados». Lo uno por lo otro.
Ángel Suárez
Rosé/Rocambole/La Floridita
Sergio Gómez
Grog/Little Bobby
Julián Santiago
Moondog
En muchas de esas reflexiones coincide con las de Julián Santiago, del Moondog (calle del Sol). Otro de los muy conocidos. Ojo, que cita en esto del tardeo –y con razón– a lo que ya se hacía «de toda la vida» en negocios clásicos de pubs de Castelar. La copa de sobremesa clásica. «Nosotros empezamos después de la pandemia, los viernes y los sábados, y nos ha dado un plus de facturación importante». Él lo ciñe a lo relacionado con las copas después de comer y deja fuera de este concepto las actividades que, por ejemplo, organizan en el local los lunes a las ocho, «que ya las encuadro más en la tarde-noche».
50% de la facturación
de un día en el Grog puede suponer algún sábado de cuatro a once
«Estamos trabajando de maravilla. Tenemos un DJ por la tarde y también la media de edad es algo superior a la de la gente que viene por la noche. De 'treintaymuchos' hasta los sesenta. En torno al 30% o algo más, incluso, de la facturación en esos días se hace en las horas de tarde», explica. Y también reitera que en verano, si hace bueno, aunque mantiene «ese goteo» de gente desde las cinco (la hora de apertura viernes y sábados) puede suponer «una bajada de la facturación de más de la mitad» (aunque, igualmente, se compensa porque la noche aumenta notablemente la clientela).
«Siempre que viajo me gusta fijarme en los locales, en los negocios –reflexiona Santiago–. Manejamos en su día la opción de abrir algo que funcionara desde las siete de la mañana a las tres de la madrugada. Que cogieras el desayuno, el vermut, las comidas, las copas de la tarde... Y que a las once cambiara la luz y le dieras una vuelta para la noche. Es un proyecto que tenía en la cabeza». Ahí habla de cálculos y de riesgos «por el volumen de habitantes de Santander».
Esos cálculos están en la mente de Ángel Suárez a la hora de abrir nuevos negocios (en su caso, en general, centrados en un público algo más joven y en el ocio nocturno). Él reflexiona sobre el contexto que ha potenciado el fenómeno del tardeo. «Lo que trae es gente que, en general, no sale por la noche o que dejó de salir. Más mayor, sí. Pero también que, por ser padres o por lo que sea, tienen más dificultades». Son cosas distintas, quiere decir. O sea, que más que una alternativa, o noche o tardeo, para los negocios son complementos. Que no es que el tardeo le reste a la noche, vamos. Y cuenta que influyen los hábitos que dejó la pandemia, que ha tenido efectos incluso en los cambios de normativa de horarios de apertura de pubs...
Novedades El 10 de julio abrirá en la Plaza de Pombo Strago, un nuevo local que tendrá en el tardeo su «punto fuerte»
Más modalidades Al tardeo rutinario se suma cada vez más la organización de fiestas y eventos concretos
«Se sale por la noche posiblemente menos de lo que se salía hace veinte años. Puede ser. Pero en lo que yo he conocido por mi edad, hay una estabilidad, no baja. Lo que sí se ha producido es una concentración en menos zonas y en un número concreto de locales, que implican inversiones más altas, que están más cuidados. Con las subidas de gastos que han sufrido esos negocios y las tendencias actuales resulta complicado poder seguir viviendo sólo de unas pocas horas de trabajo a la semana. Y subir los precios no es la mejor manera de compensarlo». Otra vez esa idea de «ganar horas por delante» del primer párrafo para que las inversiones den frutos.
El otro tardeo
Ahí Suárez incluye otro fenómeno. «En el País Vasco o en Barcelona todo esto empezó con fiestas independientes durante la tarde en locales que funcionaban básicamente de noche». Es decir, eventos concretos organizados y promotoras especializadas –el público también es más joven en muchos casos, aunque no siempre– . Organizan fiestas de tardeo como otros organizan conciertos. Otra modalidad. Y, así, ya se han visto o se anuncian para próximas fechas eventos de este tipo en el Casino o en el Centro Botín. Citas puntuales entre semana durante el invierno y un abanico de posibilidades mucho más amplio (en espacios abiertos, un poco más tarde...) en verano (a diferencia de ese goteo rutinario de después de una comida o al salir de la oficina que baja en la temporada estival). Y también en pubs o discotecas, por supuesto.
«Ese concepto sí que ha cambiado. Esas promotoras tienen mucho poder de convocatoria entre los turistas que vienen a Cantabria de Madrid o del País Vasco. La propia gente que lo organiza allí durante el año es gente que muchas veces está de vacaciones aquí en verano». Y eso está al alza. Mucho. Suárez habla de sus negocios. Entre los que pueden estar vinculados al tardeo (porque es el responsable de más), el Rosé (Cañadío), la Sala Rocambole (Hernán Cortés), La Floridita (calle Bailén), La Tienduca (Río de la Pila) o los de próxima inauguración. Y da un dato demoledor para hacerse a la idea del crecimiento de este fenómeno. «Nosotros estamos ahora mismo con la planificación del verano. Tenemos previstos cuatro o cinco tipos de fiestas distintas vinculadas al tardeo. Eso supone, distribuidos por los distintos negocios, dos o tres eventos concretos de tardeo por semana durante julio, agosto...».
Y esa tendencia de eventos concretos se expande rápido y con fuerza. Cada uno, a su manera. La Trastienda, un bar de toda la vida en Ampuero, organizó hace pocos días su 'segundo tardeo party' (ya hicieron otro en Semana Santa). Con dos DJ, sorteos... Fue tan bien –con gente de todas las edades– que ya están organizando el siguiente. «Se está moviendo mucho todo esto –concluye Ángel Suárez– y todos, discotecas, pubs y distintos negocios, estamos trabajando en ello de diferentes maneras».
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