La futura fábrica de hidrógeno en Sniace apenas avanza 18 meses después de su presentación

El paso del tiempo no ha traído grandes progresos sobre el plan. Al contrario, aquellas afirmaciones de momento contrastan con la imagen decadente que ofrece actualmente el recinto, asediado por los ladrones de chatarra, cuya actividad delictiva se acrecienta por la falta de seguridad en las instalaciones debido a un único vigilante.

Más de año y medio después apenas se ha avanzado en las grandes cuestiones, como el suministro energético para soportar la futura actividad y los permisos de la Confederación Hidrográfica. El calendario adelantado en 2023, que contemplaba el inicio de las obras el año que viene y su puesta en marcha entre 2027 y 2028, ha quedado totalmente desfasado y todo apunta a que esta legislatura no verá trabajos sobre el terreno.

Más aún. El propio sector energético nacional y europeo ha sufrido en este tiempo una notable variación que ha traído dudas al ámbito del hidrógeno, con diversos proyectos de calado cancelados. Incluso a la propia RIC Energy, según avanzó Expansión, se le ha relacionado con potenciales operaciones de venta de la empresa mediante el encargo de la misma a un asesor de prestigio como es la firma Lazard.

La realidad es que igualmente existen serias dudas de que la liquidación de Sniace finalice este año, cuando ya ha pasado más de un lustro desde que en febrero de 2020 anunciara el cierre al no poder cumplir con los pagos a sus acreedores. Los trabajos de desmantelamiento encargados a diversas empresas de chatarrería han avanzado, pero aún emergen importantes disyuntivas a las que dar respuesta.

Una especialmente relevante gravita en torno a en qué momento y a en qué estado podrá darse el paso para el cierre de la autorización ambiental integrada. Expertos jurídicos y ambientales admiten una controversia en si este trámite, que corresponde al Gobierno de Cantabria, debe llevarse a cabo con el terreno totalmente rehabilitado o no.

La cuestión no es baladí, al contrario. En caso afirmativo la consecuencia sería que habría que demoler la totalidad de las construcciones aún en vigor, con el correspondiente coste, para comprobar el estado de deterioro y contaminación de la totalidad de la superficie que adquirieron RIC Energy y Copsesa. En segundo término, el detalle de los acuerdos entre los nuevos propietarios del suelo y los administradores concursales en relación a quién debe asumir dichas labores para dejar el recinto de nuevo como una gigantesca explanada.

Por el momento Sniace ha acometido una segunda tanda de catas más acotadas en determinadas zonas del complejo que sí que han arrojado unos valores superiores a los permitidos. Estos exámenes adicionales pretenden circunscribir totalmente los puntos más conflictivos para determinar qué medidas son necesarias para su regeneración ambiental.

En cualquier caso, según ha podido saber El Diario, de las pruebas originales que se llevaron a cabo por las superficies disponibles se concluyó que el estado general de las parcelas no es tan malo como cabría suponer tras tantas décadas de actividad industrial.

Consultada por El Diario, desde RIC Energy sí que reconocen que las labores de desmantelamiento de Sniace se han demorado más de lo previsto, pero mantienen su optimismo de cara al futuro proyecto. De hecho, la empresa avanza que durante este tiempo ha podido redefinir el plan y que está trabajando de forma «coordinada» con las administraciones para que la actuación pueda coger velocidad, con un contenido más ambicioso.

Ante los evidentes cambios en el mercado del hidrógeno, RIC igualmente está apostando por el combustible sostenible de aviación (e-SAF), algo que asimismo quiere implementar en el potencial centro productivo de Cantabria.

Sin ir más lejos, el Gobierno central ha confirmado la primera posición de la compañía como beneficiaria en la resolución definitiva de la I Convocatoria de los Valles del Hidrógeno, con su proyecto Compostilla Green, en León, donde se centrará en este combustible sostenible.

RIC abunda en que esta experiencia, con esta planta que ya está en un estado de tramitación más avanzado, servirá para acelerar el proyecto sobre terrenos de la antigua Sniace, aunque no entra a concretar plazos.

Sobre los problemas de seguridad, sostiene que está trabajando de forma coordinada para resolverlos, aunque el complejo continúa con un único vigilante ante los ladrones y los clanes.

La red troncal de hidrógeno de España, declarada prioritaria por la Unión Europea, continúa recibiendo fondos provenientes de Bruselas para la agilización en su futura implementación. El proyecto incluye un almacén de hidrógeno en el municipio cántabro de Polanco.

Enagás, el operador que lidera la iniciativa, informó de la firma de un acuerdo para recibir un total de 32,5 millones en ayudas para el desarrollo de los estudios y trabajos de ingeniería de la red troncal española de hidrógeno, según explicó esta semana el consejero delegado del grupo, Arturo Gonzalo.

En su participación en la segunda edición de la jornada 'Enagás H2 Technical Day', Gonzalo señaló que la apuesta por el hidrógeno «avanza a buen ritmo», como muestra la suscripción de este 'grant agreement' con Bruselas para percibir estos fondos del Mecanismo Conectar Europa (CEF).

El directivo destacó cómo el impulso del hidrógeno ha avanzado «significativamente en todos los ámbitos» –regulatorio, infraestructuras y tecnológico–, respaldado, además, por una nueva Comisión Europea «con una hoja de ruta muy clara para desarrollar la economía del hidrógeno».

«Contamos con la brújula de la competitividad y el Pacto Industrial Limpio (Clean Industrial Deal), siguiendo las recomendaciones de los informes Draghi y Letta. La infraestructura del hidrógeno es un elemento clave del proyecto estratégico europeo de descarbonización, competitividad y autonomía estratégica», añadió al respecto. Además, en el caso concreto de España, se está impulsando el corredor H2Med o la propia red troncal española de hidrógeno, «un proyecto que se está desarrollando a una escala nunca antes vista en España».

Los primeros ejes de la red troncal española, que sumarán 2.600 kilómetros de trazado, supondrán una inversión neta de 2.645 millones; y el corredor H2med, de 481 millones de euros, se incluyen dentro del plan inversor de Enagás hasta 2030.